viernes, 19 de septiembre de 2014

Rafael Núñez Cambios Ideológicos

Juan David Mosquera Betancur
Departamento de Historia
Universidad de Antioquia



Rafael Núñez y su incidencia ideológica en Colombia, después de su estadía en el viejo continente


Los cimientos ideológicos creados por Núñez mientras permanecía en la nación colombiana apuntaban a un liberalismo radical, influenciado por los "jacobinos" grupo perteneciente a la rama de la Revolución Francesa. Además de permanentes oposiciones al partido conservador, "peligrosas ideologías" se difundían rápidamente por el territorio colombiano, sobre todo ideales utilitaristas, donde su teórico mas importante era Jeremy Bentham, un filósofo ingles considerado el padre del utilitarismo, entendiendo por este último lo que resulta esencialmente valioso para el individuo, donde emociones como la felicidad y la satisfacción juegan un papel importante dentro del ideal utilitario. La mayor recomendación que se hace es actuar de un modo que se produzca la mayor suma de "felicidad" posible en conjunto en el mundo.
Debido a la independencia que se logra bajo el régimen español, los primeros gobernadores de la naciente nación pensaron en desvincular las tradiciones políticas, sociales, económicas y culturales del progreso, puesto que la nueva nación debería tener los ideales modernos para la articulación del naciente Estado.
La libertad de imprenta, puesta en marcha en el viejo continente entre mediados del siglo XV y XVI, permitieron la difusión de diversos autores, y diferentes temáticas.          Por una parte, la doctrina Religiosa que lograba encasillar con su ideología la mayor parte de la población mundial, fue puesto entre la espada y la pared, debido por una parte a la reforma llevada a cabo por Martin Lutero, y otros autores que aparte de este ponían de manifiesto tesis en el que el poder terrenal era más importante que el espiritual, y en donde debates frecuentes son formados debido a la fe que tenían muchos sobre lo espiritual, y el papel en cuanto a la importancia de lo material, lo perceptible.
Para el momento[1] Núñez defendía los ideales liberales, la separación de la iglesia y el Estado por una parte, la promulgación de una educación laica por la otra, además de las libertades absolutas en cuanto a prensa, palabra y la promulgación del libre cambio. Sus ideales se fueron conociendo a través del periódico la democracia, donde constantemente atacaba a los jesuitas.
Con la educación que tuvo este personaje, se le fueron presentando cargos políticos con el fin de estructurar y definir las falencias que presentaba el Estado en conformación: Representante a la cámara, Secretario de Gobierno, secretario de Hacienda.
Lo religioso en la vida juvenil de Núñez no tuvo mucha trascendencia, ya que su mente siempre estuvo hambrienta de ideales reformadores que buscaba constantemente, y en donde el aspecto religioso era lejano a el, aunque es importante mencionar que la idea de Dios lo mantuvo intrigado, y en donde por momentos reflexionaba mirando al cielo sobre dicho asunto y decía ["el horizonte de las creencias que tiene todo esplendor del cielo limitado como es, puede decirse que participa de la eternidad de Dios."],[2] es decir aunque la religión no hacia parte de la estructura de gobierno dentro de los ideales de Rafael, la figura de un Dios creador y dicha idea perturbaban e intrigaban constantemente  a este personaje.
Debido a la inconformidad y el descontento ideológico que no lograba satisfacer su poderosa inteligencia y que era la que se profesaba para el momento, decide Núñez partir al viejo continente, y es allí donde se crea el nuevo y reformado pensamiento que Rafael con posterioridad plasmara en diferentes discursos, además de su mayor logro que fue la ex ponencia y aceptación de la constitución colombiana en el año de 1886.
El primer lugar al que llega Rafael Núñez tras su viaje al viejo continente es a Francia, luego hace cortos recorridos por los países vecinos como Italia, España, y Bélgica, visita también parte del norte de África, pero las ciudades más atractivas para su estadía eran Londres y París, ¿Por qué?, porque en la primer ciudad ya había estado en varias ocasiones, conociendo sus diversas plazas y calles, y Paris lo recibía con gran acogida dentro de sus salones, parques, museos, entre otros sitios de conferencias y charlas académicas.
 Este personaje estuvo fuertemente influenciado por la filosofía Francesa y Británica del momento, apoyándose en la francesa por encima de todas las demás ideologías, donde los sentimientos de libertad y orden estaban presentes en diferentes discursos promulgados.
La nueva noción creada por Rafael Núñez bajo su estadía en el extranjero sobre el concepto de "Conservador" se torna cambiante, es decir en su nuevo lugar de residencia en comparación con la naciente nación colombiana los conceptos diferían a sabiendas de que se utiliza el mismo término. La noción que se hacía ya el posterior reformador tenía que ver con:
"No es fácil tampoco fuera de Colombia la exacta apreciación de nuestra manera de ser política; por que en verdad que los hombres que llamamos conservadores serían considerados liberales en cualquier parte del mundo, pues ellos no pretenden privilegio de castas, de fortuna, ni otro alguno; ni que el poder público se constituya de otra manera que por voto del pueblo; ni que sea siquiera vitalicio; ni que la administración de justicia no se independiente; ni que deje de haber libertad de industria, ni de enseñanza, ni de cultos; ni que haya censura previa, ni cadalso político. Los radicales si practicaron el privilegio de opinión, es decir, el predominio político exclusivo, pues todavía llaman traición el hecho de haber abierto la avenida del poder público a otros colombianos de distinto matiz, cosas que sucede en todas las naciones del mundo, inclusive las que tienen monarca y aristocracia de sangre"[3]
Se había entonces preguntado y reflexionado profundamente sobre las concepciones que se tenían todavía de dichas corrientes políticas, y es muy importante ver la comparación que con la cita se manifestó anteriormente, donde si habían cambios en lo que se pensaba en un lugar del mundo sobre los conservadores y en el otro.
La aceptación política que decide llevar este personaje es del lado conservador visto desde los rasgos europeos, que al parecer manifiestan trasfondos liberales, pero en donde se reconocían los matices de libertad para la promulgación del pensamiento, sin ser radicales en las decisiones, sin necesidades de exclusión por pensamientos adversos, al parecer era una fusión entre ideales liberales y conservadores desde las concepciones colombiana, lo que había adoptado Rafael como nuevo pensamiento, permitiendo tanto algunas particularidades del uno como del otro (liberal-conservador).





 El libre culto fue otras de sus nuevas posturas y aunque anterior a su reforma la idea de religión no era de gran importancia y las excluía, ahora la dejaba en disposición de preferencias individuales para su asistencia en cuanto a cultos.
La libertad de religión la concibió niñez como: "en Hispanoamérica el dilema que los antecedentes imponen es este: o catolicismo o exclusión del sentimiento religioso. Navegar con la corriente, o en contra. Como si dijéramos: derecho de propiedad, o nihilismo. No sabemos por qué – como el argumento de los abusos – se irrespeta por los legisladores el más poderoso de los sentimientos humanos – por qué tener doble raíz en la ciencia y en la esperanza -. Y se rinde culto a los intereses menores. Entre nosotros se ha, al fin, llegado, como queda visto, a la verdadera a la auténtica libertad religiosa: puesto que no hay compulsión en ningún sentido. Si no hay compulsión, es claramente que hay libertad"[4]
En este apartado se resalta el papel de las "compulsiones" inmersas en los gobiernos, como referentes que atan a una sociedad a seguir lo que a alguien le nace predicar, por esto al final de la cita anterior, Rafael hace énfasis en que si no hay compulsión habrá libertad, y es porque el pueblo se erige siempre y cuando exista una unidad y un común ideal y no personal o de pocos.
La renovación ideológica de Núñez consistió y se concibió de la siguiente manera:
"Es un hecho de todos sabido que no hay una sola fuerza, no diremos en el mundo sino en el universo, que no se gaste o modifique con el uso. Siete años bastan, según algunos experimentos fisiológicos, para que la organización de un hombre se renueve enteramente por medio de la alimentación y de la respiración. Si falta alguno de estos elementos reparadores, el hombre perece. Y después de cierta edad el mismo trabajo de renovación es insuficiente para impedir la progresiva y fatal decadencia.
Las fuerzas políticas que se llaman partidos están naturalmente sujetas a la misma ley de degeneración que todas las fuerzas físicas. Pueden también renovarse como las del cuerpo humano, pero necesitan también de poder asimilarse nuevos principios de vida incesantemente. Estos principios de vida no pueden ser otros que nuevas ideas congruentes con el espíritu de los tiempos. El budismo de la India representa en la cantidad simbólica de donde se deriva este místico nombre, esta misma necesidad de sucesiva renovación de que estamos hablando, contrayéndonos a las comunidades políticas. Este indispensable progreso continuo del espíritu se caracteriza en el budismo por periódicas encarnaciones. En el dominio de la política se verifica, o debe verificarse, un fenómeno equivalente, bajo pena ineludible de desorganización y mortal caída."[5]
La reforma ideológica de Núñez logra entonces cristalizar el deseo colectivo existente en toda la Nación y la vida institucional y constitucional de los años posteriores a 1886 se sintetizan a través de la reforma por el llevada a cabo, considerada "como una admirable evolución histórica del pueblo colombiano, como un surgimiento vital en nuestra organización civil que nos ha permitido contarnos desde entonces entre los países más cultos de la tierra"[6]
La reforma llevada a cabo por Rafael Núñez se sostiene principalmente en los conceptos expuestos con anterioridad, son los focos principales en cuanto a su desarrollo y evolución ideológicos.






Conclusión
Europa sin lugar a dudas fue trascendental en cuanto a las determinaciones traídas por el personaje trabajado, es perceptible como en los países europeos marchan de la dispersión a la unidad, es decir es el proceso por el cual van pasando hasta llegar a una unidad total, con el caso colombiano como adverso, donde se construían fronteras internas con el fin de desunificar lo unificable, y es allí donde este importantísimo personaje influye notablemente para reestablecer el orden, la justicia y la unidad como Nación.



Bibliografía 


-Del Castillo Mathieu, Nicolás, Núñez, su trayectoria ideológica.Editorial Iqueima. Bogotá 1952.
-Indalecio Lievano Aguirre. Núñez.
-Rafael Núñez, Diccionario Político. Biblioteca de autores colombianos.
-http://jorgeorlandomelo.org/bajar/constitucion1886.pdf






[1] Entre 1845 y 1863
[2] Del Castillo Mathieu, Nicolás, Núñez, su trayectoria ideológica, editorial Iqueima, Bogotá 1952. Pág., 23
[3] Rafael Núñez. Diccionario político, Biblioteca de autores colombianos, pág. 60-61
[4] Rafael Núñez. Diccionario político, Biblioteca de autores colombianos, pág. 156
[5] Rafael Núñez. Diccionario político, Biblioteca de autores colombianos, pág. 260-261
[6] Rafael Núñez. Diccionario político, Biblioteca de autores colombianos, pág. 8

jueves, 18 de septiembre de 2014

Rafael Núñez: amante

Jhovany Alexander Martínez
Departamento de Historia
Universidad de Antioquia
Rafael Núñez: Amante


Rafael Núñez, Nació en Cartagena de Indias, Colombia, 1825 – 1894, político colombiano, presidente de Colombia entre 1880-1882, 1884-1886 y 1886-1888.
De niño fue poco agraciado y tuvo una salud frágil, pero siendo quinceañero participó en la guerra civil de los Supremos, en 1840. El joven Núñez, recién graduado en leyes, inició sus labores como periodista fundando el diario La Democracia, de corte liberal radical. Más por conveniencia que por amor, se casó en 1851 con Dolores Gallego, con quien tuvo dos hijos, a la par que continuaba la que sería una brillante carrera política.
Hombre de gran agudeza política, Rafael Núñez ejerció una enorme influencia en la historia colombiana de la segunda mitad del siglo XIX. Desde su retiro en la casona del Cabrero, con su amada Soledad, vio pasar los únicos años sosegados de su vida y ya no regresó a Bogotá. Murió el 18 de septiembre de 1894.





El presente ensayo tiene como finalidad dar una aproximación, a una faceta insuficientemente explorada del regenerador: la del seductor y enamoradizo, en verdad constituye una temática arriesgada, ya que, las fuentes que tocan este aspecto de la vida de Rafael Núñez es escaso, sin embargo tratare de acercarme a lo propuesto.
Varias mujeres pasaron por la vida de Rafael Núñez, entre ellas: una joven cartagenera de clase baja, atractiva y desenvuelta jovencita cuyo nombre los historiadores callan, colma la vida del joven estudiante Rafael Núñez.[1] Al parecer su familia no tenía el mismo nivel social de los Núñez, cosa mal aceptada en la tradicionalista Cartagena que se refugiaba. Se dice que ella quedó embarazada[2] y que Núñez quiso asumir su responsabilidad, no solo como hombre de honor sino porque la amaba profundamente, pero el coronel impidió el matrimonio. Abusando de su autoridad paternal, retiró de la universidad al hijo, “todavía un mozo tímido e irresoluto” Aprovechando un viaje lo embarcó con él para Tumaco y de allí a Panamá donde le consiguió un puesto de juez en la población de David. El romance terminó y de la abandonada joven se supo que se casó con un amigo de Núñez con quien formó una unión feliz de la cual nacieron dos niñas.
En Panamá Núñez, alegra sus ratos en compañía de Manuela, hermana de Justo Arosemena político istmeño con quien consiguió una sincera amistad. La dulce joven le brinda su cariño y lo distrae con su refrescante conversación. Crece entre ellos una entrañable amistad que no alcanza a convertirse en pasión. No dura mucho, pues Núñez se traslada a David a ocupar su cargo y poco después de su partida Manuela fallece.

¡Todo acabó! Precioso meteoro
Fue tu existencia, ejemplo de virtud.
Por eso el pobre, acongojado lloro
Vierte, mirando tu glacial quietud.[3]


A mediados de 1847 Rafael Núñez, es llamado de urgencia a ciudad de Panamá, su padre radicado allí, agoniza. Se reúne con él y con su madre que ha venido apresuradamente de Cartagena. Al poco tiempo muere el coronel. Tomás Herrera, entonces gobernador de Panamá, le presenta a su sobrina Concepción Picón, buscando mitigar el reciente dolor del cartagenero y, con seguridad, en procura de una buena alianza para su parienta. Entre Rafael y la distinguida panameña surge el noviazgo y se realiza el compromiso matrimonial. Pero la relación no fructifica, parece que Concepción es distante y dominadora y el corazón de Núñez  como se lo ve en su poesía anhela ternura.
Rafael regresa a David, donde conoce a Dolores  Gallego, una joven  proveniente de una acaudalada familia de esta región. Se convierte en la esposa del futuro Regenerador el 13 de junio de 1851. Mujer de gran belleza, devota de las artes y diestra en el piano, despertó en Núñez un sincero amor. Sin embargo, su carácter duro y frío, debido, tal vez, al mal de la epilepsia, que el corto noviazgo no permitió conocer, eventualmente alejó al marido[4]
El matrimonio es feliz en un comienzo, a los siete años nace el primer hijo, Francisco, pero con el tiempo la diferencia de temperamentos de los esposos se impone. El talante difícil de Dolores no mejora a pesar de la llegada de otro hijo, Rafael. Núñez se desespera, elegido para el Congreso, a finales de 1859, abandona sin estridencias la casa familiar en David y parte. Fue el fin del matrimonio, no volvería a ver a Dolores.[5]
Ya en Bogotá el regenerador triunfa en la política, pero su espíritu anhela afecto. Conoce a una joven señora que frecuenta las tertulias literarias de la ciudad: María Gregoria de Haro de Logan, quien como él también ha sufrido la desgracia y la infelicidad. La historia, dice Nicolás del Castillo, ha sido injusta con ella en razón del chascarrillo que hizo correr un malintencionado periodista haciéndola parecer como frívola y liviana, cuando si algo pudo reprochársele fue su amor por Núñez.[6]
Era Gregoria una mujer atractiva e ilustrada, de fácil hablar, componía poesía y amaba la literatura. Se distinguía por su elegancia; A los 22 años conoció al futuro Regenerador. Solitarios  ambos, surgió un intenso amor aunque la conquista no fue fácil. Buen conocedor del alma femenina el enamorado le escribía:

Hay una cosa dentro de ti misma
Que yo alcanzo a mirar tras ese prisma
de tu aparente venturoso ser,
una cosa que a mi alma en vano ocultas
y de la tuya en lo interior sepultas
porque la mía la llegó a leer.

Tiempo después, Gregoria, se separa de su marido y hace un viaje a New York, decepcionado de la política radical promovida por sus opositores, Núñez la siguió a Estados Unidos, allá permanecieron varios años. En 1865 él fue nombrado cónsul en El Havre y Gregoria se le unió,  e hicieron varios viajes a Paris. Poco a poco este amor fue acabando y Núñez fue trasladado a Liverpool, en Inglaterra, y Gregoria no se fue con él, se dice que después de esto nunca se volvieron a ver. Gregoria fallece en Paris, el 5 de abril de 1913. Tenía cerca de 75 años.
Vuelto Núñez a Cartagena en diciembre de 1874, siendo ya uno de los liberales más influyentes de la política nacional,  se encuentra con una vieja amiga de nombre Soledad Román. Entre estos creció un amor y un compañerismo pausado y tranquilo fruto de la madurez, Soledad tenía 42 años y Rafael 49. Dolores Gallego[7] aún vivía por lo cual un matrimonio católico no podía ser, pero era la época de la república radical en que el matrimonio civil y el divorcio vincular eran instituciones legales. Previa obtención de la disolución civil del vínculo con la panameña, se casaron civilmente por poder en París, en julio de 1877, a donde Soledad había viajado con dos de sus hermanos so pretexto de buscar consejo médico de un célebre cardiólogo. Núñez estaba entonces en Nueva York gestionando unempréstito para el país, fue representado en la ceremonia por Eduardo Román.[8]
Elegido presidente de la República en 1880, Rafael Núñez viaja solo a Bogotá para no someter a Soledad Román al rechazo social, pues el matrimonio por fuera de la Iglesia causó escándalo. En cambio ya en 1884, la segunda vez que fue presidente, Soledad permaneció  con él en  Bogotá. Siempre al lado de su esposo sin desmayar, durante los siguientes mandatos presidenciales colaboró con él y con sus amigos en la ejecución de la política de la regeneración. Años después muerta Dolores Gallego, pasaron su matrimonio de lo civil al matrimonio católico el 23 de febrero de 1889.





No podemos hablar de un solo tipo de amor cuando nos referimos a Rafael Núñez, ya que como vimos anteriormente conoció, a lo largo de su vida, las distintas clases de amor. El amor tierno, carnal y estremecedor de su primera conquista de seductor. La relación ambigua, mezcla de amistad y amor, en los primero días de su exilio sentimental a Panamá (Manuela Arosemena). El amor sin profundidad, provisorio y galante (Concepción Galante y Herrera). El amor convencional, de mínima temperatura erótica, opaco y mediocre, finalmente convertido en odio, y en mutuo desamor. Fue la grave equivocación sentimental de Núñez, que termino en un ruidoso fracaso matrimonial. (Dolores Gallego, la primera esposa). El amor de altísimo voltaje, patético, persistente, escandaloso con un final triste y rencoroso para la amada (Gregoria de Haro). El amor armonioso, el afecto equilibrado y maduro, acosado por la hostilidad del ambiente, y finalmente respetado (Soledad Román).
Martin Alonzo Pinzón, en su libro: Núñez: amante y brujo, hace un interesante análisis de la forma de amar de Núñez: es un seductor ilustrado, reflexivo e insinuante. Esta virtualidad- es decir, lo táctico e implícito en su estilo amatorio- de Núñez constituye el secreto de su coquetería: el seductor cartagenero se reserva frecuentemente un repertorio de elementos fascinantes, los cuales apenas insinúa de modo tácito. En la política como en el amor Núñez es más lo que calla que lo que dice. Es más lo que hace que lo que pregona. Esto es de la esencia de su teoría del amor.[9]    Pinzón muestra a un Núñez, como un táctico del amor, que a pesar de ser un hombre ‘’feo y desgarbado’’ como lo denomina, recurre a las palabras y el misterio para enamorar a las mujeres. También propone una comparación con el clásico Don Juan, pero  rápidamente  la descarta, ya que según Pinzón, el donjuán  requiere de cierto atractivo físico que Núñez no posee.  Además Núñez posee cualidades que no hacen parte del mítico hombre donjuán, correspondientes al de un hombre, pensador y poeta.


Podemos concluir que la vida de Rafael niñez, Estuvo atravesada por varios amores, que fue un hombre que amo intensamente, que utilizo la palabra, (poesía) la pericia y el misterio como técnica de conquista, lo podemos caracterizar como un estratega del amor.








Bibliografía

-Adelaida Sourdis Nájera. Mujeres que amaron a Núñez, Revista Credencial, 06 de Marzo de 2013
-Del Castillo, Nicolás. El primer Núñez. Bogotá, Tercer Mundo,
-Pinzón, Martin Alonso. Amante y brujo, Cartagena  1975



[1] Adelaida Sourdis Nájera. Mujeres que amaron a Núñez, Revista Credencial, 06 de Marzo de 2013.
[2] Ibíd.
[3] Rafael Núñez, “A la muerte de Manuela Arosemena”, 1846.
[4]Del Castillo, Nicolás. El primer Núñez. Bogotá, Tercer Mundo, 1972, p. 110.
[5]Adelaida Sourdis Nájera. Mujeres que amaron a Núñez, Revista Credencial, 06 de Marzo de 2013.
[6]Del Castillo, Nicolás. El primer Núñez. Bogotá, Tercer Mundo, 1972, pp. 273 y 282.
[7] Casada anteriormente con Rafael Núñez.
[8] Adelaida Sourdis Nájera. Mujeres que amaron a Núñez, Revista Credencial, 06 de Marzo de 2013.
[9] Martin Alonzo Pinzón, Núñez: amante y brujo, colección de tribuna libre, Cartagena 1975, Pag.66.

Pensamiento Político de Rafael Núñez

JOHN DAYRO HERNÁNDEZ PINEDA
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA








Anteproyecto

Resumen

En este trabajo pretendo desarrollar por medio de dos libros escritos por Rafael Núñez la procedencia e identificación de conceptos utilizados por este autor, las características de aspectos de su pensamiento político y filosófico, los referentes intelectuales que le influenciaron para definir una serie de términos, que fueron abordados por él en siglo XIX. A sí mismo su posición política como presidente de Colombia, su religión, su madurez intelectual, su cosmovisión del mundo a través del Diccionario Político  y la forma en la que se abordaron temas de gran importancia para el establecimiento y construcción del estado Colombiano.
Son muchas ya las páginas que han sido escritas en torno a Rafael Núñez, a su pensamiento filosófico y político, a sus actos de gobierno y como hombre pensador. Núñez nació en Cartagena en el año de 1825 y murió en la misma ciudad en 1894. En sus libros Diccionario Político, Núñez su trayectoria ideológica podrá encontrar el lector la línea ininterrumpida y nítida de su pensamiento filosófico aplicado a las distintas circunstancias de la vida pública. Es importante resaltar y el disponer el compendio y síntesis, del pensamiento político de este hombre y filósofo, quien en su patriótico deseo de que nuestras actuales generaciones de estadistas, hombres públicos y jóvenes estudiantes de la historia y de la filosofía, puedan derivar un mejor provecho de su luminosa trayectoria.
Rafael Núñez fue el primero de los tres hijos de Dolores Moledo García y del coronel Francisco Núñez García quienes eran primos hermanos y habían contraído matrimonio en 1824. A sus 15 años fue aceptado por el general Francisco Carmona en las tropas rebeldes para luchar en la Guerra de los Supremos. A los 18 años viajó con su padre a Tumaco, en donde trabajo algunos meses, estudio en la Universidad de Cartagena, en donde se graduó como bachiller licenciado en 1843 y doctor en jurisprudencia en 1845, se inició en el periodismo y fundó el periódico La Democracia en Cartagena.
Contrajo matrimonio tres veces, su primera esposa fue Dolores Gallego con la que se casó en Panamá en 1851 y con quien tuvo dos hijos. Su segunda esposa fue Soledad Román cartagenera con quien contrajo matrimonio civil en Paris en 1877, y luego ratifico su matrimonio con esta misma mujer mediante matrimonio católico en 1892. La letra del himno de Colombia está compuesta por un coro y once estrofas y fue escrita por el presidente Rafael Núñez.






Análisis

Puedo considerar una serie de conceptos que este autor utilizó para plasmar parte de sus consideraciones filosóficas y políticas personales, para dejar como legado una serie de definiciones, que dan cuenta de su carácter y sus referentes intelectuales más destacados, para dedicarse a la tarea de la escritura.
En 1875 Rafael Núñez se encontraba luchando contra el apodo que le pusieron sus contrincantes políticos “Amadeo” dado que las condiciones en la política colombiana estaban pasando por una serie de tenciones en las que los opositores se valieron para explotar la estancia de once años de Núñez en los Estados Unidos y Europa, para negarle credenciales y manejar los destinos de su país. Con este apodo que le pusieron a Núñez los radicales, mostraron su desacuerdo frente a la candidatura, y le identificaron como un extranjero en su propia tierra.
Núñez había viajado a los Estados Unidos en 1863, donde permaneció dos años antes de dirigir sus pasos a Europa. Allí vivió hasta 1874, primero como cónsul en Le Havre, y más tarde al frente del consulado colombiano en Liverpool. De esta manera Núñez no perdió contacto con su país durante su larga ausencia: de sus actividades consulares, se ocupó como corresponsal de varios periódicos. La Opinión y El Tiempo de Bogotá y El Comercio de Cúcuta.
Es preciso identificar que su estancia en Estados Unidos y en el continente Europeo significo para Núñez una riqueza intelectual de gran consideración ya que le permitió identificar políticas implementadas en estos determinados países a los que viajó, al igual que una serie de doctos que le permitieron madurar en su concepción del mundo y de la política que más adelante implementaría en Colombia su país. En el Diccionario Político Núñez expone de manera clara una serie de conceptos de los cuales se identifican algunos intelectuales que le sirvieron como base para exponer sus consideraciones políticas, Cromwell, Napoleón, Heródoto, Stanley, Montesquieu, M. Emilio de Girardin, Simón Bolívar, Oradores como Demóstenes, Filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles, poetas como Homero, Píndaro. Bossuet, Conde José de Maistre, Voltaire, Condorcet, Darwin, Herbert Spencer, la Biblia, Schiller, Camacho Roldán, Newman, Huxley, General Obando, General Mosquera, General Trujillo, Homero, Mr. Ferdinand Brunetiére, Montaigne, Miguel Ángel Caro entre otros.
Estos referentes que emplea Núñez  los cita en repetidas ocasiones a lo largo de sus escritos, lo cual permite establecer que tiene conocimiento de sus obras y que se nutrió con sus ideologías y pensamientos filosóficos, no sólo de la concepción del mundo Norteamericano, Europeo sino también de las políticas y personajes de la historia de su país Colombia. “para entender cómo quien había firmado la desamortización de bienes de manos muertas en 1861 se convirtió más tarde en defensor de los intereses de la Iglesia católica; quien había apoyado al federalismo en su juventud pasó a ser el padre de la Constitución centralista de 1886; quien había participado en la exclusiva convención liberal de Rionegro surgió después como el arquitecto de la Regeneración y puente para que los conservadores regresaran al poder. No obstante, una lectura de sus escritos en el exterior no revela una drástica e inmediata transformación intelectual. Tanto en sus artículos de prensa, recopilados en los Ensayos de crítica social, como en su correspondencia con el general Tomás Cipriano de Mosquera y con Salvador Camacho Roldán, pueden observarse aún las líneas de un Núñez anticatólico y adversario del centralismo, defensor del laissez-faire y simpatizante de los cambios revolucionarios. Su lenguaje, sin embargo, es con frecuencia moderado. Su razonamiento está, por lo general, libre de juicios absolutos. Lo que sí parece evidente en sus escritos es una clara apreciación del valor relativo, que fue descubriendo en las experiencias políticas de los distintos países que visitó durante estos once años.”[1]
En el Diccionario Político de Núñez se identifican conceptos como Armamentismo, Democracia, Dictadura, Estado, Federalismo, Liberalismo, Raza, República, Revolución, Violencia entre otros. Estos me permiten establecer bajo qué criterios y en base a que referentes, Núñez define estos términos.
Armamentismo es definido por Núñez como: “Hay causas fundamentales vigentes del sufrimiento de los pueblos que no provienen de la naturaleza de las cosas, sino del artificio, de las malas pasiones, y que si caen, por lo mismo, bajo el dominio del legislador político. Una de estas causas es para bellum, la guerra en perspectiva, los preparativos que se hacen para que el enemigo eventual no saque ventaja del exceso de confianza en la paz. Una nueva enfermedad, decía hace más de un siglo Montesquieu, se ha propagado por Europa, y apoderándose de nuestros príncipes les hace sostener un desordenado número de tropas. Esta enfermedad tiene sus recrudescencias y se vuelve contagiosa, porque tan pronto como un Estado, aumenta lo que él llama sus tropas, los otros sin demora aumentan las suyas; de manera que no resulta otra cosa de positivo que lo común ruina.”[2] En esta definición se puede considerar que Núñez expone sus consideraciones acerca de este término, sin embargo, establece un referente que es Montesquieu, del cual sacara unas líneas en las que analiza el Estado Monárquico y los posibles males que acarrean a los príncipes de Europa al utilizar un número desordenado de tropas. Núñez se identifica y se apropia de las palabras de Montesquieu para exponer y definir este concepto.
El concepto de Democracia lo define como: “En pos de esa felicidad, desalados corrimos en el carro de Faetón del federalismo y de la irresponsable democracia (que presupone largo preliminar de educación, instrucción, moralidad, fortaleza de carácter, etc.) El gobierno de todos, si no se dispone de aptitudes en todos, tiene necesariamente que conducir al desastre.”[3] En este campo de la apreciación personal de Rafael Núñez hacia la democracia significaba un camino espinoso e irresponsable del cual se debía ser cauto, dejando clara su posición en la definición de este concepto.
Concepto de Raza definido como: “Esta palabra, en el simple concepto biológico, significa individuos de un mismo origen, con unas mismas condiciones y aptitudes, transmitidas por medio de la generación. En el concepto sociológico o histórico, razas es sinónimo de nacionalidad, y, en términos generales, indica unidad de lenguaje. Religión e instituciones; y cuando se habla de razas, debe entenderse con toda propiedad que se trata, no de especies animales, sino de pueblos. De ahí que muchos consideren que la labor de la humanidad ha sido convertir los elementos heterogéneos en conjuntos homogéneos, como lo testifica el hecho de que las familias se organizan en tribus y las tribus forman al fin grandes nacionalidades. Un escritor francés, Mr. Ferdinand Brunetiére, llega a decir que [“no es la sangre lo que constituye la raza, sino al contrario, la raza lo que constituye la sangre.”][4] A través de este concepto que es definido por Núñez se puede analizar que lo desarrolla desde la concepción biológica, sociológica e histórica que le permite ampliar una serie de elementos a considerar al interior de la definición, al igual que el referente francés Mr. Ferdinand Brunetiére del cual parte para definir claramente este término.   
Término de Violencia definido como: “La violencia engendra violencia. La obra de 1875 continúa produciendo amargos frutos. El mecanismo político fue entonces por fuerza desviado de su natural curso, y los autores del crimen creyeron, ilusos, que la impunidad aparente era la impunidad real; que el éxito del momento habría de convertirse en perdurable triunfo.
Los sucesos posteriores darían asunto a un tratado de filosofía política; a una gran enseñanza de moral para el uso de nuestros presentes y futuros gobernantes. ¡Ah!, si ellos aprovechan la terrible lección, el porvenir de la república quedará asegurado.”[5] En esta definición de Núñez parte de una reflexión de Esquilo que pone como manifiesto que violencia engendra violencia, de esta forma establece que la moral que se ha definido en la filosofía política es considerada para el porvenir de la república.
En los Estados Unidos Núñez pudo seguir de cerca las consecuencias de la guerra civil y el fortalecimiento del gobierno de la unión, en Francia vivió la crisis del imperio y el surgimiento de la Tercera República, al igual que sus incursiones en Inglaterra y España que le sirvieron para el fortalecimiento de su carácter  y su visión sobre la política.
España, para Núñez, era el país clásico de los malos gobiernos, donde la intolerancia religiosa y la persistencia del elemento militar impedían cualquier progreso material o espiritual. Núñez no encontró en el programa revolucionario de 1868 nada que no se hubiese experimentado en Colombia desde las transformaciones del medio siglo.
Los once años que Rafael Núñez estuvo fuera de su país Colombia, fueron especialmente para fortalecer lazos intelectuales, madurar en su pensamiento filosófico, estudiar profundamente la política interna en Estados Unidos, Europa y ponerla en práctica en Colombia. Al igual que el estudio profundo de los teóricos más representativos de la cultura Europea y Norteamericana, esto significó unas bases para establecer sus políticas reformistas al interior del su país.   






Bibliografía

Núñez, Rafael. “Diccionario Político”. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación nacional, Ediciones de la Revista Bolívar. 331 Pág.

Mathieu, Nicolás del Castillo. “NUÑEZ.” Su trayectoria Ideológica. Editorial Iqueima. Bogotá, 1952. 84 Pág.

Posada Carbó, Eduardo. “Núñez y Europa: sus ideas en el exilio; que pensaba el Regenerador sobre la política, iglesia, economía.” Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Tomado de. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/abril1993/abril1.htm

 



 




 






[1] Posada Carbó, Eduardo. “Núñez y Europa: sus ideas en el exilio; que pensaba el Regenerador sobre la política, iglesia, economía.” Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Tomado de. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/abril1993/abril1.htm

[2] Núñez, Rafael. “Diccionario Político”. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación nacional, Ediciones de la Revista Bolívar. Pág. 29.

[3] Núñez, Rafael. “Diccionario Político”. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación nacional, Ediciones de la Revista Bolívar. Pág. 76.

[4] Núñez, Rafael. “Diccionario Político”. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación nacional, Ediciones de la Revista Bolívar. Pág. 240.

[5] Núñez, Rafael. “Diccionario Político”. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación nacional, Ediciones de la Revista Bolívar. Pág. 331.